Elecciones generales

El próximo domingo día 20 de noviembre tendrán lugar en España las elecciones generales, en las que se decidirá, democráticamente, quien será el Presidente del Gobierno español durante al menos los próximos cuatro años.

Al igual que en las anteriores elecciones generales, no podré votar. Hace cuatro años me quedé sin votar por culpa de un retraso de más de seis horas en el vuelo que me traía de vuelta de Madrid. Se supone que llegaba a Las Palmas a mediodía del domingo de elecciones, y el retraso me hizo llegar bien entrada la noche, con las urnas ya cerradas.

Esta vez el fallo ha sido mío, por no haberme informado bien de cómo hay que realizar el voto por correo. Por primera vez en mi vida (sin contar mi experiencia como estudiante Erasmus en Italia) estoy viviendo fuera de mi ciudad natal, y todavía no me había dado tiempo de empadronarme (ahora sí que lo he hecho, pero tarde). Además de no haberme empadronado a tiempo para poder votar aquí en Lanzarote, el segundo fallo fue confiarme y fiarme de lo que me habían contado, que se podía votar por correo hasta el día 16. Cuando fui a preguntar cómo realizar este voto por correo, me dijeron que había que solicitar las papeletas, antes del día 10 (si no recuerdo mal) y ya era tarde para eso.

Así que pese a querer ejercer mi derecho al voto, una vez más no será posible.

Todo apunta a un cambio de poder en el gobierno español. Es cierto que el gobierno no ha sabido actuar ante la mala situación económica mundial, pero creo que los que le echan el 100% de la culpa a Zapatero están equivocados.

Tengo claro por qué en España la situación ha sido más dura que en otros países, como Alemania o los países nórdicos. Y aún así, no ha sido tan mala como en otros muchos, no hace falta recordar el caso griego, el irlandés, el portugués o el italiano.

La culpa de que a España le haya afectado tanto la crisis mundial, yo se la atribuyo, en gran medida, al sistema productivo español de las últimas décadas. Una economía basada en la construcción, y el turismo. Un turismo que nos sigue sosteniendo, pero que se ha enfocado mal. En lugar de diferenciarnos como un destino turístico de calidad, nos hemos centrado en crear edificios de hoteles y discotecas por toda la costa, para atraer un turismo joven, con pocos recursos y con ganas de venir de fiesta a España.

Aun así las cifras dicen que es el año en el que más turistas han venido a nuestro país, y eso nos puede haber salvado de llegar a una situación como la de nuestros vecinos portugueses.

El problema de España es que muchísima gente dejó los estudios y se fue a trabajar en la construcción, porque de obrero se ganaba más que de licenciado en lo que sea. Ahora toda esa gente no está preparada para trabajar en ninguna otra cosa, y lo único que hacen es quejarse del gobierno y esperar en el bar de la esquina, cerveza en mano, a que llegue el día 1 y cobrar la ayuda por desempleo.

Al nuevo gobierno le queda una ardua tarea para enderezar el rumbo de nuestro país,  veremos si son capaces de hacerlo bien, y la economía española es capaz de cambiar su modelo productivo hacia uno más eficiente y eficaz.

Volviendo a las elecciones, realmente me fastidia no poder votar, aunque luego lo pienso y digo “total, no va a servir de mucho, parece que el pescao está ya todo vendido”. Veremos lo que pasa el domingo…